Las aflatoxinas son uno de los grupos más potentes y más peligrosos de micotoxinas, producidos por ciertos moldes tales como aspergillus flavus y aspergillus Parasiticus. Estos moldes crecen en materias agrícolas tales como nueces del árbol, cacahuetes, arroz, maíz, zahína, trigo, mijo, semillas de sésamo, semillas de girasol, semillas del algodón, pimientas de chile etc. y en una variedad de especias. Las aflatoxinas son producidas por la acción fungicida durante la producción, la cosecha, el almacenamiento y el proceso.
Cuando los moldes comienzan a contaminar la materia, las esporas polvorientas, gris-verdes pueden convertirse en la superficie del producto y las aflatoxinas se pueden producir por los hongos cuando la humedad del corazón está alrededor o sobre el 15 por ciento. Las altas temperaturas ambiente, tensión de la sequía y lesión del insecto pueden contribuir a la contaminación creciente de la aflatoxina.
Las aflatoxinas se han asociado al cáncer de hígado creciente en la interacción con la infección crónica del virus de la hepatitis B (HBV). Pueden obrar recíprocamente también con otras infecciones virales tales como ésos causados por el virus de Epstein-Barr. Además, las aflatoxinas causan aflatoxicosis y pueden dar lugar al vacilamiento del crecimiento y a la supresión inmune en niños.
Las soluciones en el mercado
El mejor acercamiento para atenuar el problema de aflatoxinas es prevención desde, una vez que la materia es infestada pesadamente por los hongos tóxicos, allí no es ninguna solución posible para quitarlos. Antes de almacenamiento, las cosechas deben ser secadas y ser esterilizadas correctamente para prevenir el desarrollo de moldes.
El control químico se ha divulgado para ser una alternativa acertada para prevenir la infestación fungicida. Por otra parte, el tratamiento es muy costoso y afecta generalmente a las propiedades sensorias del producto. Además, esta clase de tratamiento no es aceptable en la agricultura biológica, cuyos procesos deben ser sustancia-libres y por lo tanto más susceptibles a la contaminación de la aflatoxina.
Si no se ha realizado ningún tratamiento durante la fase del pre-almacenamiento, la investigación óptica puede ser utilizada para quitar los granos contaminados, con todo con el alto producto consiguiente y las pérdidas financieras.
La tecnología de la radiofrecuencia (RF) ha demostrado ser muy eficaz cuando está utilizada para el sanitisation del pre-almacenamiento de materias agrícolas. Puede ser utilizada simplemente como método de la reducción de la humedad (secado) pero también disinfest (eliminación del parásito) y esteriliza (reducción de la carga del microbio) una amplia gama de substratos (cereales, granos, pulsos, nueces, hierbas, especias, etc.). El proceso es 3 a 10 veces más rápidamente comparadas a los tratamientos convencionales y, con excepción de reducir y de estabilizar el contenido de agua de la materia como sea necesario, es capaz de asegurar la mortalidad 100% incluso de la especie más a prueba de calor del parásito de todas sus etapas del desarrollo o alcanzar la reducción de 2 a 3 registros del t.b.c dentro de la materia, incluyendo particularmente moldes y las levaduras.
Conclusión
La radiofrecuencia ha demostrado ser superior lejano comparado a los métodos convencionales del sanitization para el propósito específico de prevenir la formación de aflatoxinas en varios substratos agrícolas, probando resultados excelentes en términos de eficacia y calidad del producto.
Nuestro cliente Mulino Marello confirma: no se ha encontrado ningunas aflatoxinas en sus materias desde la instalación del equipo de la radiofrecuencia de Stalam en 2014.