Las plagas de insectos (polillas, escarabajos, gorgojos etc.) constituyen un problema importante para el almacenamiento, procesamiento y comercialización de cereales como el arroz, el trigo, el trigo sarraceno, el sorgo, etc.
Normalmente, los fumigantes químicos (como el metilbromuro) se utilizan (o se utilizaban) para el control de plagas después de la cosecha, pero los problemas relacionados con normativas, las preocupaciones medioambientales, los peligros potenciales para la salud, la reducida aceptación de los consumidores y el aumento del mercado orgánico han presionado a la industria para que desarrolle alternativas de tratamientos no químicos. Algunos métodos alternativos son: la radiación ionizante (eficaz, pero requiere una notable inversión para comprar instalaciones de irradiación y sistemas de protección; además, existe una gran preocupación pública sobre el uso de radiación ionizante en la cadena alimentaria), tratamientos de atmósfera controlada (no aplicables a todos los productos y requieren tiempos de tratamiento largos), tratamientos en frío (aplicables en algunos casos, pero largos y muy caros) y tratamientos en calor.
Se ha investigado varias técnicas de tratamientos en calor, solas o en combinación con frío o con condiciones de almacenamiento controladas.
Los métodos de calentamiento convencional utilizan aire caliente forzado (a veces en combinación con vapor) o agua caliente para llevar la temperatura de las plagas a un nivel letal. El calentamiento convencional es fácil de controlar. Sin embargo, es un proceso intrínsecamente lento y es bien conocido que el calentamiento prolongado puede ir en detrimento de la calidad de los productos alimentarios. De hecho, en muchos casos se ha observado que un proceso eficaz de control de plagas por calentamiento convencional es incompatible con la calidad final del producto en términos de características físicas, químicas y nutricionales.
En cambio, los métodos de calentamiento directo por ondas electromagnéticas permiten una desinfección rápida y uniforme de muchos productos agrícolas. A diferencia de las técnicas térmicas convencionales, en las que el calor se traslada al producto a través de su superficie desde una fuente de calor externa por conducción, convección o radiación, un campo de radiofrecuencia genera calor directamente dentro de la masa del producto completo. De esta manera, las plagas se calientan rápidamente (generalmente a 55-70° C en 3-5 min.), garantizando la total mortalidad de los insectos adultos y las larvas, junto con una reducción de TCB, en unos minutos.
La desinfección por radiofrecuencia es orgánica (sin productos químicos) y el coste del proceso es reducido, gracias al tiempo breve de residencia y al consumo bajo de potencia.
Stalam ha lanzado SANICROP+, un equipo de radiofrecuencia diseñado especialmente para la desinfección a gran escala de productos agrícolas secos. Leer más…